¿La evolución nos va a convertir en cangrejos?

No, la evolución no nos va a convertir en cangrejos. La evolución es un proceso gradual que se produce a lo largo de muchas generaciones. Para que los humanos se convirtieran en cangrejos, tendrían que sufrir una serie de cambios evolutivos, como un exoesqueleto duro, pinzas y patas con articulaciones. Estos cambios serían muy difíciles de lograr, y es poco probable que ocurran en un período de tiempo razonable.

La idea de que los humanos evolucionarán en cangrejos se basa en un fenómeno conocido como carcinización. La carcinización es un proceso evolutivo convergente que se produce en diferentes grupos de animales, como los crustáceos, los insectos y los arácnidos. En este proceso, los animales desarrollan un exoesqueleto duro, pinzas y patas con articulaciones.

La carcinización se produce porque estos rasgos son ventajosos en un entorno acuático. El exoesqueleto duro proporciona protección, las pinzas pueden usarse para capturar presas y las patas con articulaciones permiten a los animales nadar y moverse por el fondo del mar.

Sin embargo, la carcinización no significa que todos los animales acuáticos evolucionarán en cangrejos. La carcinización es un proceso que puede ocurrir en cualquier animal que viva en un entorno acuático. Los humanos no son animales acuáticos, por lo que es poco probable que evolucionen en cangrejos.

Además, la evolución es un proceso que se produce por selección natural. La selección natural favorece a los individuos que tienen características que les permiten adaptarse mejor a su entorno. En el caso de los cangrejos, las características que los hacen exitosos en un entorno acuático son el exoesqueleto duro, las pinzas y las patas con articulaciones.