servidores submarinos

Microsoft ha encontrado una solución muy ingeniosa y acaba de probarla con éxito. Se llama Project Natick, y consiste en servidores submarinos que se instalan en solo 90 días, no necesitan refrigeración y obtienen su energía de las corrientes marinas.

Ya tenemos cables submarinos que reparten conexión a Internet por todo el mundo, así que la idea de un servidor submarino no debería resultarnos tan rara. Microsoft sumergió el primero de estos dispositivos hace cuatro meses frente a las costas de California, y acaba de recuperarlo con éxito de su posición, a diez metros de profundidad.


Los servidores van alojados en un depósito cilíndrico que obtiene la energía que necesita para funcionar de las corrientes marinas. Su vida útil es de 20 años, y no tiene en su construcción ningún material que pueda dañar la vida marina en caso de que se abriera en un accidente.

Uno de los principales problemas de los servicios en nube es que los servidores que los alojan suelen estar a miles de kilómetros y la señal tine que recorrer cientos de redes antes de llegar a su destino. Los servidores de Project Natick se pueden instalar cerca de la costa en solo 90 días. Lo único que hay que hacer es tirar un cable hasta una instalación en la orilla que distribuya la señal. Si tenemos en cuenta que la mitad de la población mundial vive cerca de zonas costeras, es una idea muy interesante.

Sumergir un servidor tiene no pocas ventajas. La primera es una cuestión de sostenibilidad. Literalmente, utiliza el océano para disipar el calor, así que no necesita de costosos sistemas de refrigeración. Sin embargo, la principal razón para diseñar un servidor submarino es otra: eliminar la latencia o lag en las comunicaciones.

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