la fantastica exploracion con no man's sky
relajantes paseos espaciales por un universo virtualmente infinito, nada mejor que buena música para acompañar la travesía y paciencia, mucha paciencia. El experimento suena apasionante, pero hay que comprender algo clave a la hora de adentrarse en la galaxia de No Man's Sky, y es la posibilidad de vivir constelaciones aburridas y no necesariamente vivas o ricas. El videojuego parte de la incertidumbre de un paseo misterioso y desconocido por los confines del espacio exterior con todo lo que ello conlleva. ¿Quién dice que en cada estrella la aventura será inolvidable? Hay lugar para todo, pero puede que el título no vaya a satisfacer todas las inquietudes aventureras de los jugadores.
La prueba que disfrutamos a sus mandos fue simple y corta, apenas 30 minutos en un entorno preparado por Hello Games en su punto de salida, un astro helado. A partir de ahí hubo libre albedrío para todos y cada periodista hizo lo que quiso. Huelga decir que no hubo nadie que no quedase con ganas de más. No Man’s Sky puede ser muchas cosas, pero no es una creación que se preste a una partida de 30 minutos, ya que sería infravalorarlo, prácticamente insultarlo. A pesar de ello, quisimos ir a por todas en una batalla que era contra el propio reloj: encontrar nuestra nave en la gélida estrella, conseguir algunos recursos de la flora del entorno y lanzarnos al espacio a descubrir nuevos planetas y especies.
Tiene cierta magia pensar que Balari V, el cuerpo celeste en el que comenzó nuestro primer viaje, puede quedar oculto y sin descubrir por ningún usuario por los tiempos de los tiempos en la infinidad de la galaxia virtual. La posibilidad de estar ante uno de los miles de astros del juego y que solo se visite en la demostración para medios es una circunstancia más que probable, eso es algo que dice mucho de la propia y ambiciosa idea de No Man's Sky. Estamos en un universo creado de forma procedural en el que los planetas y las propias especies responden a una aleatoriedad que deparará viajes inabarcables y únicos en el más estricto sentido de la palabra.
Antes de ponernos a los mandos nos presentaron el producto los desarrolladores de Hello Games. Nos contaron que la clave jugable del proyecto en sí reside en cuatro bases simples que acaban conformando un todo: negociar, luchar, explorar y supervivencia. Se espera un universo tan grotescamente grande que será extraño que los usuarios puedan unirse en una misma ruta, y salvo cambio de última hora, parece que ni siquiera se ofrecerá la posibilidad que la exploración pueda llevarse a cabo entre compañeros del Network o PC.
La exploración es tan idílica que los jugadores podrán encarar la aventura y colonizar nuevos planetas y descubrir especies sin parar. Se te permitirá bautizar estrellas y especies a tu antojo (siempre que se respete el código de conducta establecido). No es una quimera salir al espacio, ver una estrella a miles y miles de kilómetros luz y pensar que puede convertirse en tu propio y único descubrimiento. Como decíamos, quién sabe si la estrella que has descubierto volverá a ser pisada por otro jugador en años. Por supuesto, cada astro encarará características únicas e irrepetibles entre sus vecinos espaciales.
Desgraciadamente, no todo fue idílico en la prueba. No resultó agradable ver que lo mostrado en la demo del equipo difería a lo que se jugó en PlayStation 4, con una tasa de imágenes por segundo más baja y algunos problemas gráficos. Circunstancias que podrían ser debidas a encontrarnos con una versión en desarrollo con margen de mejora, pero no dejó de sorprender a todos los periodistas el cambio entre una y otra pantalla. Lo que vimos ante nosotros era un planeta helado, con seres salvajes que acechaban al jugador y otros que vivían apaciblemente sin tener en cuenta al invasor.
La extensión del territorio era bestial, prácticamente inabarcable si pretendíamos caminar por sus parajes inhóspitos. Nos centramos en buscar la nave espacial para ir al espacio y ver su amplitud, pero antes de alcanzar nuestro vehículo preferimos adentrarnos en una base enemiga establecida en el planeta. Las armas eran prácticamente inofensivas, circunstancia que nos llevaba a investigar para encontrar algún habitante que nos ayudase con nuevo armamento y pistas sobre el lugar.
Como es de esperar, no todas las armas y accesorios son igual de útiles en cada entorno y astro, por lo que tendremos que negociar con los habitantes de cada lugar para renovar el arsenal y conseguir nuevos recursos locales, que pueden tener un valor insignificante en su lugar de origen, pero pueden otorgar grandes riquezas en otros parajes de la galaxia según su distancia y rareza. Parece que habrá muchas especies extraterrestres, cada una con su idioma y costumbres, que podremos ir aprendiendo y asimilando para usarlos a nuestro favor.
Una vez conseguidos los recursos y montados en la nave, tomamos la que es sin duda la gran experiencia de No Man's Sky: el viaje espacial. Marea pensar que lo visto en los escasos 30 minutos de demostración no es más que una minúscula, ínfima y ridícula parte de un todo. Un universo que parece imposible de abarcar y que esconde en sus parajes un buen puñado de aventuras y secretos que ni siquiera los propios desarrolladores conocen. Todo es nuevo en el título una vez se estrene, y eso lo convierte en una atractiva atracción.
El hecho de la propia infinidad en sí no significa que todo sea estupendo y apasionante, Hello Games ya nos advirtió en la charla que hay planetas que son auténticos y bellos milagros de flora y fauna, pero otros no son más que áridas extensiones de tierra plana sin una gota de agua y una criatura que la pueble. Circunstancia que no impedirá que te topes con un asqueroso montón de nada pero con recursos espectaculares. Todo, para bien y para mal, acaba siendo posible en No Man's Sky.
Es indiscutible que el proyecto es un auténtico monstruo tecnológico y una producción de lo más imaginativa y única en el territorio de las consolas, puede que el gran enemigo de No Man's Sky sea lo que el usuario piensa de No Man's Sky y lo que No Man's Sky acaba siendo. No es La Guerra de las Galaxias, tampoco Wing Commander, su individualidad es tal que acabará siendo una experiencia diferente para cada usuario que se adentre en sus redes espaciales, y es por ello que hay que valorar en su medida todo lo que aporta, que no es poco. En todo caso, un proyecto valiente y único.
fuente: 3djuegos
La prueba que disfrutamos a sus mandos fue simple y corta, apenas 30 minutos en un entorno preparado por Hello Games en su punto de salida, un astro helado. A partir de ahí hubo libre albedrío para todos y cada periodista hizo lo que quiso. Huelga decir que no hubo nadie que no quedase con ganas de más. No Man’s Sky puede ser muchas cosas, pero no es una creación que se preste a una partida de 30 minutos, ya que sería infravalorarlo, prácticamente insultarlo. A pesar de ello, quisimos ir a por todas en una batalla que era contra el propio reloj: encontrar nuestra nave en la gélida estrella, conseguir algunos recursos de la flora del entorno y lanzarnos al espacio a descubrir nuevos planetas y especies.
Tiene cierta magia pensar que Balari V, el cuerpo celeste en el que comenzó nuestro primer viaje, puede quedar oculto y sin descubrir por ningún usuario por los tiempos de los tiempos en la infinidad de la galaxia virtual. La posibilidad de estar ante uno de los miles de astros del juego y que solo se visite en la demostración para medios es una circunstancia más que probable, eso es algo que dice mucho de la propia y ambiciosa idea de No Man's Sky. Estamos en un universo creado de forma procedural en el que los planetas y las propias especies responden a una aleatoriedad que deparará viajes inabarcables y únicos en el más estricto sentido de la palabra.
Antes de ponernos a los mandos nos presentaron el producto los desarrolladores de Hello Games. Nos contaron que la clave jugable del proyecto en sí reside en cuatro bases simples que acaban conformando un todo: negociar, luchar, explorar y supervivencia. Se espera un universo tan grotescamente grande que será extraño que los usuarios puedan unirse en una misma ruta, y salvo cambio de última hora, parece que ni siquiera se ofrecerá la posibilidad que la exploración pueda llevarse a cabo entre compañeros del Network o PC.
La exploración es tan idílica que los jugadores podrán encarar la aventura y colonizar nuevos planetas y descubrir especies sin parar. Se te permitirá bautizar estrellas y especies a tu antojo (siempre que se respete el código de conducta establecido). No es una quimera salir al espacio, ver una estrella a miles y miles de kilómetros luz y pensar que puede convertirse en tu propio y único descubrimiento. Como decíamos, quién sabe si la estrella que has descubierto volverá a ser pisada por otro jugador en años. Por supuesto, cada astro encarará características únicas e irrepetibles entre sus vecinos espaciales.
Desgraciadamente, no todo fue idílico en la prueba. No resultó agradable ver que lo mostrado en la demo del equipo difería a lo que se jugó en PlayStation 4, con una tasa de imágenes por segundo más baja y algunos problemas gráficos. Circunstancias que podrían ser debidas a encontrarnos con una versión en desarrollo con margen de mejora, pero no dejó de sorprender a todos los periodistas el cambio entre una y otra pantalla. Lo que vimos ante nosotros era un planeta helado, con seres salvajes que acechaban al jugador y otros que vivían apaciblemente sin tener en cuenta al invasor.
La extensión del territorio era bestial, prácticamente inabarcable si pretendíamos caminar por sus parajes inhóspitos. Nos centramos en buscar la nave espacial para ir al espacio y ver su amplitud, pero antes de alcanzar nuestro vehículo preferimos adentrarnos en una base enemiga establecida en el planeta. Las armas eran prácticamente inofensivas, circunstancia que nos llevaba a investigar para encontrar algún habitante que nos ayudase con nuevo armamento y pistas sobre el lugar.
Como es de esperar, no todas las armas y accesorios son igual de útiles en cada entorno y astro, por lo que tendremos que negociar con los habitantes de cada lugar para renovar el arsenal y conseguir nuevos recursos locales, que pueden tener un valor insignificante en su lugar de origen, pero pueden otorgar grandes riquezas en otros parajes de la galaxia según su distancia y rareza. Parece que habrá muchas especies extraterrestres, cada una con su idioma y costumbres, que podremos ir aprendiendo y asimilando para usarlos a nuestro favor.
Una vez conseguidos los recursos y montados en la nave, tomamos la que es sin duda la gran experiencia de No Man's Sky: el viaje espacial. Marea pensar que lo visto en los escasos 30 minutos de demostración no es más que una minúscula, ínfima y ridícula parte de un todo. Un universo que parece imposible de abarcar y que esconde en sus parajes un buen puñado de aventuras y secretos que ni siquiera los propios desarrolladores conocen. Todo es nuevo en el título una vez se estrene, y eso lo convierte en una atractiva atracción.
El hecho de la propia infinidad en sí no significa que todo sea estupendo y apasionante, Hello Games ya nos advirtió en la charla que hay planetas que son auténticos y bellos milagros de flora y fauna, pero otros no son más que áridas extensiones de tierra plana sin una gota de agua y una criatura que la pueble. Circunstancia que no impedirá que te topes con un asqueroso montón de nada pero con recursos espectaculares. Todo, para bien y para mal, acaba siendo posible en No Man's Sky.
fuente: 3djuegos
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