XCOM 2
XCOM 2 no se aleja de la fórmula que conocemos. Aquellos que jugaron el título lanzado en 2012, o la expansión Enemy Within se sentirán como en casa, ya que la secuela se centra en los sucesos ocurridos 20 años después de la invasión. Los alienígenas han ganado y el juego está enfocado en resistir al nuevo régimen, a la vez que recuperas territorios y debilitas a los alienígenas.
En XCOM 2 ya no existe una base fija, sino una gran nave conocida como Avenger en la que se llevas a cabo estudios, desarrollas armamento o entrenas a tus soldados. El concepto del Avenger encaja perfecto con la idea de construir la resistencia al explorar diversas regiones del planeta.
En la práctica me recuerda a Civilization, desde el punto en que empiezas en una región y tienes que descubrir poco a poco las zonas en el mapa. Estas zonas ofrecen una variedad de activos que van desde recursos hasta personal para aprovecharlo en tu base. A la par de esto existen misiones en las que deberás completar ciertos objetivos para debilitar el alcance de tu enemigo.
XCOM 2 ha intercambiado el nivel de pánico por el Project Avatar. Esto es “algo” que están construyendo los alienígenas y el único modo de evitarlo es debilitarlo poco a poco completando misiones de la trama principal o sub-misiones que se activan después de cierta cantidad de tiempo.
La gente de Firaxis ha realizado bastantes ajustes a la jugabilidad, por lo que XCOM 2 se siente como una verdadera secuela. Subir de nivel las diversas secciones del Avenger implica involucrarse en diversas misiones, no sólo para detener al enemigo sino para ganar recursos como personal, tecnología alienígena o intel que podrá canjearse en el mercado nuevo por ciertos elementos.
El nivel de progresión en las diversas clases provoca que protejas de mejor modo a tus personajes y que el Quick Save se vuelva tu mejor amigo durante cada partida. Los soldados comienzan como novatos y pueden ser personalizados tanto a nivel estético como en equipamiento.
Cada misión ofrece una de las mejores mecánicas implementadas: Concealment. Esto es una especie de modo de sigilo en el que puedes moverte y generar tu estrategia antes de iniciar una pelea. Concealment te otorga una ventaja considerable en ciertas misiones, aunque habrá otras en las que esté desactivada al comienzo.
La naturaleza aleatoria de XCOM 2 provoca que las batallas no sean idénticas. Un ejemplo de ello es que si inicias una pelea, pierdes y no tienes más que el archivo guardado de la base, al volver a entrar a la misión existe la posibilidad que veas un escenario distinto. Esto obliga a que siempre trates de nivelar a tu equipo lo mejor posible.
Una de las cosas que más me gustó fue el modo como se desempeñan las misiones. Hay momentos en los que sientes que has ganado la partida y de repente tienes a un grupo de tres o cuatro enemigos merodeando al final del mapa. En otras realizas un movimiento arriesgado solo para darte cuenta que te plantaste a lado de un poderoso enemigo que no viste gracias a la niebla de guerra.
En una época donde cada vez menos estudios apuestan por el contenido generado por el usuario, se reconoce que 2K y Firaxis implementen el soporte para mods. Las modificaciones no solo añaden color, sino que corrigen ciertos errores de la jugabilidad o agregan contenido que otros desarrolladores te venderían por unos cuantos dólares.
Por ejemplo, Stop Wasting My Time reduce los tiempos de espera entre turnos y agiliza el movimiento del Avenger, mientras que Ink and Paint o Military Camouflage añaden opciones visuales para nuestros personajes. Sin duda uno de mis favoritos es “Quiet Bradford” que silencia a uno de tus aliados en ciertas misiones.
Hay modificaciones que agregan nuevas clases, armamento o mejoran la interfaz de usuario. Todas pueden descargarse gratuitamente, aunque antes de activarlas te recomendamos guardar tu partida ya que si no te gustan y las deshabilitas más adelante, no podrás cargar la partida sin el mod activo.
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